PROBLEMAS EN LA ESTRUCTURACIÓN DE LAS
SESIONES DE TERAPIA.
Invariablemente aparecen
problemas referidos a la estructuración de las sesiones. Cuando el terapeuta
toma conciencia del problema, lo primero que hace es especificarlo y luego
esboza una teoría acerca de su causa. Finalmente, diseña una solución que no
perjudique la alianza terapéutica.
El problema aparece porque
el terapeuta no ha instruido al paciente adecuadamente. Es posible que el
terapeuta solo deba mejorar su capacidad para instruir al paciente o que deba
evaluar y controlar sus propios pensamientos automáticos con respecto a la
estructuración.
El terapeuta debe a menudo
repetir muchas veces sus descripciones, dar explicaciones y controlar cada uno
de los elementos de la sesión, dando respuestas correctivas.
Otra dificultad se refiere a
la renuncia del paciente para adaptarse a la estructura prescriptiva a causa de
las percepciones y creencias disfuncionales
acerca de sí mismo, el terapeuta y/o la terapia. En estos casos el
terapeuta debe formular una explicación acerca de la causa del problema y
diseñar una solución.
También puede haber
dificultades para mantener la estructura de la sesión cuando el terapeuta la ha
impuesto de una manera demasiado controladora o demandante. Puede revisar y
decirle que es necesario que esté de acuerdo con la modalidad de la sesión.
Breve
actualización.
Una de las dificultades más comunes
es cuando el paciente inicia la sesión con un relato demasiado detallado o
caótico. El terapeuta puede intervenir, señalando la importancia de centrarse
en problemas específicos.
Control
del estado de ánimo.
En ocasiones el paciente no
logra llenar bien los formularios, le degradan, o tiene dificultades para
expresar subjetivamente su estado de ánimo general durante la semana. El
terapeuta puede preguntar si recuerda o sabe cómo hacerlo, y de nuevo instruye
al paciente.
Otro problema es cuando el paciente
tiene dificultades para expresar su estado de ánimo, ya sea porque no logra hacerlo de una manera concisa,
o bien porque tiene problemas para dar nombres a sus estados de ánimo. El
terapeuta en estos casos puede interrumpirlo amablemente y formularle preguntas
específicas o demostrarle cómo puede responder.
Puente
desde la sesión anterior.
En este
punto, suelen aparecer problemas por la dificultad del paciente para recordar
el contenido de la sesión o por su resistencia para expresar sentimientos negativos
hacia el terapeuta. Una solución es pedir al paciente que complete un
Formulario Puente entre sesiones, antes de cada sesión.
Cuando el
paciente no logra expresar con sinceridad sus reacciones frente a lo sucedido
en la sesión anterior, se pueden adoptar distintas soluciones. En primer lugar:
si sospecha que ha habido una reacción negativa, el terapeuta puede alentar más
al paciente a expresarla. En segunda lugar: el terapeuta puede trabajar sobre
el significado que tiene para el paciente la expresión de sentimientos
negativos.
Establecer
el plan.
Las
dificultades típicas que aparecen en este tramo son la falta de colaboración
del paciente en el armado del plan, las divagaciones que pueden aparecer, o la
actitud negativa en las conversaciones para fijar temas. El paciente que no
contribuye con temas para el plan o bien no está suficientemente instruido, o
está atribuyendo un significado negativo especial a su colaboración.
Si en la siguiente semana el
paciente sigue sin sugerir un tema. El terapeuta debe averiguar acerca de sus
pensamientos automáticos y/o acerca del significado de este pedido.
Puede
aparecer otro tipo de problema que se presenta cuando el paciente no tiene
expectativas respecto del planteamiento de sus problemas, en este caso él
terapeuta trata de implementar técnicas de resolución de problemas.
También
es un problema la falta de esperanzas de la paciente y la incapacidad del
terapeuta para garantizar el éxito lleva al paciente a aceptar un trabajo de
resolución de problemas por unos minutos.
Revisión de la tarea para el hogar.
Un
problema típico es que el terapeuta, apresurado por abordar los temas del plan,
no llegue a preguntarle al paciente acerca de las tareas que realizó durante la
semana. En el caso contrario, aparece que el terapeuta revisa las tareas
demasiado detalladamente antes de pasar al plan del día.
Abordaje
de los ítems del plan.
Algunos problemas
típicos de esta parte de la sesión, son la falta de esperanza, las
conversaciones tangenciales o dispersas, un manejo ineficaz del tiempo y la
incapacidad para realizar intervenciones terapéuticas.
Las
conversaciones dispersas suelen aparecer cuando el terapeuta no estructura la
conversación de una manera adecuada. Para lograrlo debe realizar irrupciones
amables, guiando al paciente para que retome el tema que se está tratando.
Otro
problema durante el tratamiento de los ítems del plan, es que el terapeuta no
acierte a hacer una intervención terapéutica.
Asignar
nuevas tareas:
Es menos
probable que un paciente cumpla con las tareas para el hogar si:
1) El terapeuta sugiere una tarea
demasiado difícil o no relacionada con las preocupaciones del paciente.
2) No le da una explicación
adecuada.
3) Olvida revisar las tareas
asignadas en sesiones anteriores.
4) No enfatiza la importancia de las
tareas diarias en general y de cada asignación específica en particular.
5) No enseña específicamente a
realizar la tarea.
6) No inicia la tarea, ni realiza
ensayos de la misma, ni formula preguntas estándar acerca de los obstáculos
potenciales que podrían interponerse.
7) No hace que el paciente anote lo
que le asigna.
8) Fija unilateralmente una tarea
que el paciente no desea realizar.
*El
terapeuta debe averiguar si el paciente no tiene creencias disfuncionales
respecto a las tareas.
Resumen
final:
En el
transcurso de la sesión, el terapeuta resume periódicamente los contenidos para
asegurarse de haber comprendido lo que el paciente ha expuesto. Si le ha pedido
que registre por escrito los puntos más importantes de la sesión, el resumen
final consistirá en una breve revisión de esas notas y una síntesis oral de
otros tópicos que se hayan tratado.
Retroalimentación:
Suelen aparecer
problemas cuando el paciente está molesto hacia el final de la sesión y no
tiene suficiente tiempo para resolver su malestar o cuando no logra expresar en
absoluto sus reacciones negativas. Una solución práctica para evitar quedarse
sin tiempo es comenzar el cierre unos diez minutos antes del final.
Problemas que surgen de las cogniciones del
terapeuta:
Los problemas
ya mencionados presuponen que el terapeuta está de acuerdo con la estructura
habitual de la sesión de terapia y se siente competente para implementarla. Los
que siguen son pensamientos y creencias típicos de los terapeutas, que pueden
interferir con la implementación de la estructura habitual.
Pensamientos
automáticos que pueden surgir en el terapeuta:
·
No logro
estructurar la sesión.
·
A mi
paciente no le gustará la estructura.
·
No se
puede expresar sintéticamente.
·
No
debería interrumpirlo. Si soy demasiado directivo, se
enojará.
·
No
cumplirá con las tareas.
·
Si evalúo
sus ideas, se sentirá menospreciado.
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