IDENTIFICACIÓN DE LOS
PENSAMIENTOS AUTOMÁTICOS.
El modelo
cognitivo sostiene que la interpretación de una situación, más que la situación
misma, a menudo expresada en forma de pensamientos automáticos, influye sobre
las emociones, el comportamiento y la respuesta fisiológica subsiguiente.
Características
de los pensamientos automáticos:
Los
pensamientos automáticos constituyen un flujo de pensamiento que coexiste con
otro flujo de pensamiento más manifiesto. Estos pensamientos no son patrimonio
sólo de las personas con trastornos psicológicos, sino que son una experiencia
común para todos. La mayor parte del tiempo no tenemos demasiado registro de
los pensamientos automáticos, pero con un poco de entrenamiento podemos
traerlos a la conciencia.
La
terapia cognitiva provee entonces las herramientas para evaluar los
pensamientos de una manera consciente y estructurada, especialmente cuando se
sienten perturbados.
Aunque
los pensamientos automáticos parecen surgir espontáneamente, una vez que el
paciente identifica las creencias subyacentes, se vuelven bastante predecibles.
El terapeuta cognitivo se interesa en la identificación de los pensamientos
disfuncionales, es decir, de aquellos que distorsionan la realidad, son
emocionalmente perturbadores y/o interfieren con la capacidad del paciente para
alcanzar sus objetivos. Los pensamientos automáticos disfuncionales son casi
siempre negativos.
Los
pensamientos automáticos suelen ser breves, y el paciente a menudo está más
consciente de la emoción que experimenta como consecuencia del pensamiento de
que este en sí mismo.
Los
pensamientos automáticos suelen aparecer en forma muy escueta, pero
generalmente el paciente logra expresarlos en cuanto el terapeuta pregunta por
el significado de ese pensamiento. Los pensamientos automáticos pueden aparecer
en forma verbal, visual o de ambas maneras.
Los
pensamientos automáticos se pueden evaluar según su validez y su utilidad. La
mayor parte de ellos están distorsionados de alguna manera y se producen pese a
que existan evidencias objetivas que indiquen lo contrario. Un segundo tipo de
pensamientos automáticos son adecuados, pero el paciente extrae de ellos
conclusiones distorsionadas. Otro tipo de pensamiento es aquel que
también es correcto, pero decididamente disfuncional.
Explicar
los pensamientos automáticos a los pacientes:
Es
ilustrativo explicar los pensamientos automáticos utilizando los propios
ejemplos del paciente, se explican bajo sus propias experiencias, guiarlo a que
identifique el pensamiento y lo relacione con la emoción.
Al
paciente se le informa que se le enseñará a identificar sus pensamientos
automáticos, que cada vez que perciba su estado de ánimo ha experimentado un
cambio.
Pensamiento
Sentimiento
Lo que
uno piensa influye en lo que uno siente.
A veces el pensamiento no es correcto o es sólo parcialmente correcto.
Pensamiento
Sentimiento
Nunca
seré como esos
estudiantes
Tristeza
Pasos en la terapia:
Ø Identificar los pensamientos
automáticos.
Ø Evaluar y reaccionar frente los
pensamientos automáticos.
Ø Resolver problemas cuando los
pensamientos son verdaderos.
Indagar sobre los pensamientos automáticos:
Aprender
a identificar los pensamientos automáticos entraña un proceso semejante al del
aprendizaje de cualquier otra habilidad.
El primer
procedimiento consiste en identificar los pensamientos automáticos que el
paciente genera en la sesión. El segundo método trata de investigar los
pensamientos automáticos que el paciente ha tenido en situaciones problemáticas
que se presentaron entre sesiones, por medio de la evocación, la imaginería,
las dramatizaciones o el planteo de hipótesis.
Indagar
sobre los pensamientos automáticos que aparecen en la sesión:
Es
oportuno trabajar sobre los pensamientos automáticos cuando el terapeuta
observa un cambio en el estado anímico del paciente durante la sesión.
Es
importante estar alerta para captar las pistas verbales y no verbales que da el
paciente, y de esta manera llegar a las “cogniciones candentes”, es decir, a
los pensamientos automáticos e imágenes importantes que surgen en la sesión y
están asociados con un cambio o un incremento de las emociones.
Técnicas para modificar
pensamientos automáticos:
Pregunta
básica:
¿Qué estaba pasando por su mente en ese momento?
Para
identificar los pensamientos automáticos:
1)
Formular
esta pregunta en los momentos en que se observe un cambio o una intensificación
en los afectos durante la sesión.
2) Hacer que el paciente describa
una situación problemática o un momento en el que experimentó un cambio en los
afectos y formular entonces la pregunta básica.
3) En caso necesario, hacer que el
paciente utilice imágenes mentales para describir la situación específica o el
momento con la mayor cantidad de detalles posibles y formular entonces la
pregunta básica.
4)
Si es
necesario o si se prefiere, hacer que el paciente dramatice una interacción
determinada con el terapeuta y luego formular la pregunta básica.
Otras
preguntas para indagar sobre los pensamientos automáticos:
1. ¿En qué supone que estaba
pensando?
2. ¿Cree usted que estaba pensando
en ________ o en _______?
3. ¿Estaba usted imaginando algo que
podría suceder o recordando algo que ocurrió?
4. ¿Qué significó esa situación para
usted?
5. ¿Estaba usted pensando________?
Identificar
los pensamientos automáticos en una situación específica:
Las
mismas preguntas se pueden utilizar para ayudar al paciente a identificar los
pensamientos automáticos que aparecieron entre sesiones. En este caso
también, cuando el paciente describe una situación problemática, el terapeuta
primero plantea la pregunta básica “¿Qué estaba pasando por tu mente?”.
Si
describir la situación verbalmente no basta para sacar a la luz los
pensamientos automáticos, el terapeuta le solicita al paciente que imagine la
situación, como si estuviese sucediendo en ese momento.
Identificar
pensamientos automáticos adicionales:
El
terapeuta debe saber que la paciente puede tener, además otros pensamientos
automáticos no relacionados con la misma situación, sino con su reacción frente
a la situación. También puede estar percibiendo su emoción, comportamiento o
reacción fisiológica de una manera negativa.
Identificar la situación problemática.
A veces,
además de no lograr identificar pensamientos automáticos asociados con
una emoción dada, el paciente tiene problemas hasta para reconocer la situación
o problema más difícil para él.
Cuando
esto sucede el terapeuta puede ayudar a encontrar la situación más problemática
presentándole una cantidad de problemas existentes, pidiéndole que los elimine
de a uno y observando el grado de alivio que obtiene en cada caso. Una vez que
se ha identificado una situación específica, resulta más sencillo descubrir los
pensamientos automáticos asociados a ella.
Diferenciar
entre pensamientos automáticos e interpretaciones.
Cuando el terapeuta indaga sobre los pensamientos
automaticos del paciente, en realidad busca palabras e imágenes exactas que han
pasado por su mente. Hasta que aprenden a reconocer esos pensamientos, en
realidad refieren interpretaciones, que pueden o no reflejar el verdadero
pensamiento.
Diferenciar entre pensamientos automáticos útiles y
menos útiles.
Hasta que
el paciente aprende a reconocer los pensamientos automáticos específicos que lo
perturban, es posible que refiera otra serie de pensamientos. Algunos de ellos
son sencillamente descriptivos y resultan inocuos o irrelevantes en relación
con sus problemas. Los pensamientos automáticos relevantes suelen estar
asociados con un marcado malestar.
Especificar pensamientos automáticos insertos en el
discurso:
Los
pacientes necesitan aprender a especificar las palabras exactas que pasan por
su mente, para poder evaluarlas de una manera efectiva.
El
terapeuta ayuda amablemente al paciente para que identifique las palabras
exactas que pasaron por su mente.
Reformular
los pensamientos telegráficos o en forma de pregunta:
Los
pacientes muchas veces refieren pensamientos sin expresarlos en forma completa.
Como es bastante difícil evaluar esos pensamientos telegráficos, el terapeuta
debe guiar al paciente para que los exprese de una manera más completa.
Si el
paciente no logra hacer explícito el pensamiento, el terapeuta puede hacer un
nuevo intento proveyéndole un pensamiento opuesto. Los pensamientos automáticos
muchas veces se presentan en forma de pregunta y esa modalidad dificulta su
evaluación. El terapeuta trata de guiar al paciente para que lo exprese en
forma de enunciación, antes de comenzar a evaluarlo.
Enseñar a
los pacientes a identificar sus pensamientos automáticos:
El
terapeuta puede comenzar desde la primera sesión a enseñar al paciente la
habilidad de identificar los pensamientos automáticos.
En
sesiones posteriores, el terapeuta puede enseñar al paciente otras técnicas en
forma explícita, en caso de que la pregunta básica no haya sido suficiente.
Si tampoco
resulta suficiente formular la pregunta básica y valerse de imágenes mentales,
el terapeuta puede enseñar al paciente a formular teorías acerca de sus
pensamientos
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