LAS
IMÁGENES MENTALES (IMAGINERÍA):
El paciente
deberá aprender a identificar sus imágenes espontáneas y cómo realizar
intervenciones terapéuticas tanto sobre las imágenes espontáneas como sobre las
inducidas. Si bien, muchos pacientes generan imágenes automáticas, son muy
pocos los que las refieren.
Las
imágenes suelen ser muy breves y perturbadoras. Muchos pacientes las apartan
rápidamente de su mente, pero si no logran identificarlas y combatirlas, pueden
sentir sus efectos negativos de manera permanente.
Identificación
de imágenes:
Para
enseñar a los pacientes a reconocer las imágenes mentales e intervenir sobre
las que son perturbadores, el terapeuta trata de descubrir una imagen mental
espontánea que el paciente ha tenido o de inducir una en la sesión.
Cuando el
terapeuta se limita a usar la palabra imagen, muchas veces los pacientes no
llegan a captar el concepto. Por eso, es aconsejable utilizar sinónimos tales
como fotografía mental, ensoñación, fantasía, imaginación y recuerdo.
Instruir
a los pacientes acerca de las imágenes mentales:
Algunos
pacientes pueden identificar imágenes, pero no las refieren a sus terapeutas
porque son gráficas y perturbadoras. Son reticentes porque no desean volver a
experimentar la tensión o el miedo delante del profesional, para que él no los
vea alterados, si el terapeuta logra darse cuenta de esta situación, debe
referirse a la experiencia de las imágenes.
Instruir
al paciente respecto de las imágenes suele contribuir a la reducción de la
angustia y torna más probable la identificación de ellas.
Muchas
veces el terapeuta debe insistir en la enseñanza de la identificación de
imágenes hasta que nota que el paciente lo ha logrado.
Combatir
las imágenes espontáneas:
Una vez
que el terapeuta ha comprobado que el paciente convive con frecuentes imágenes
perturbadoras, le enseña diversos modos de responder frente a ellas,
Existen muchas
técnicas distintas para ayudar a los pacientes a combatir sus imágenes
automáticas. El terapeuta, le aconseja que practique muchas veces las técnicas,
dentro y fuera de sesión, para aumentar la eficacia.
Seguir las imágenes hasta su
conclusión:
Esta es
una técnica muy útil, por lo tanto debe de enseñarse a primer término.
Puede
ayudar al terapeuta y al paciente a conceptualizar mejor el problema, llevar a
la reestructuración cognitiva de la imagen y brindar alivio para la situación.
El
terapeuta es aquí donde alienta al paciente para que siga construyendo una
imagen espontánea, pudiendo ocurrir opciones: el paciente imagina la solución
de una crisis y se siente mejor, o bien imagina una catástrofe final, tal como
la muerte.
Dar un
salto hacia adelante en el tiempo:
En
ocasiones, cuando se sigue una imagen hasta su conclusión, no se logran los
resultados esperados, porque el paciente continúa imaginando más y más
obstáculos o hechos perturbadores, sin que se pueda vislumbrar un final.
El
terapeuta puede sugerir que el paciente se imagine a sí mismo en algún momento
del futuro.
Tolerar
la imagen:
Esta consiste
en guiar al paciente para que imagine que está tolerando mejor la situación
difícil que ha visualizado espontáneamente.
Cambiar
la imagen:
Otra
técnica consiste en ayudar al paciente a identificar una imagen y luego volverá
a evocarla, cambiando el final.
Cambiar
la imagen, conduce a conversaciones productivas relacionadas con la resolución
de problemas.
Comprobar
la realidad de la imagen:
El
terapeuta enseña al paciente a tratar la imagen como si fuese un pensamiento
automático verbal, usando el cuestionamiento socrático estándar.
El
terapeuta enseña a la paciente a comparar una imagen espontánea con lo que
realmente está sucediendo.
Cuando se
está tratando de imágenes, es preferible utilizar las técnicas específicas más
que las técnicas verbales sugeridas, las imágenes tienden a responder mejor a
ese tipo de intervenciones.
Sin
embargo, cuando el paciente posee muchas imágenes vividas y perturbadoras, se
puede beneficiar usando una combinación de técnicas y entre ellas, las verbales
para el control de la realidad de sus cogniciones.
Repetir
la imagen:
Se suele
utilizar cuando un paciente imagina claramente un desenlace exagerado, pero no
catastrófico para sus imágenes.
El
terapeuta debe sugerir entonces que se represente una y otra vez la imagen en
cuestión, y preste atención a los cambios en la representación del cuadro y al
nivel de malestar que experimenta, algunos pacientes parecen hacer en estos
casos un control automático del grado de realidad y pueden comenzar a ver la
imagen de una manera más realista y con menos nivel de disforia.
Sustituir
o detener las imágenes y distraerse de ellas:
Estas
tres técnicas fueron diseñadas para lograr un rápido alivio de los efectos de
las imágenes, pero por lo general no sirven para producir una reestructuración
cognitiva importante.
La
detención de imágenes se puede utilizar en forma aislada o seguida de
sustituciones de imágenes o distracciones, en estos casos, el paciente reconoce
una imagen perturbadora y trata de eliminarla.
También
se puede utilizar la técnica de distracción y refocalización de la atención.
La
conjunción de imágenes agradables y relajación podría ser otra opción, cuando
el desasosiego inicial es leve o moderado, los pacientes suelen experimentar
alivio con la inducción de imágenes agradables.
Revisión
de técnicas para combatir las imágenes espontáneas:
Una vez
que se enseña al paciente algunas estrategias para lidiar con las imágenes
espontáneas, el terapeuta trata de aumentar su uso mediante la práctica.
La
inducción de imágenes como respuesta terapéutica:
En algunas
ocasiones el terapeuta trata de inducir una imagen opuesta para ayudar al
paciente a combatir su imagen espontánea.
Un
ejemplo es el ensayo encubierto para descubrir las dificultades que pueden
surgir de las tareas para el hogar.
3
técnicas de imágenes inducidas:
1.- Ensayo de técnicas de apoyo:
El
terapeuta utiliza esta técnica en la sesión para ayudar al paciente a practicar
mentalmente estrategias de apoyo en su imaginación. Está técnica es diferente
de “tolerar la imagen” porque aquí el terapeuta induce una imagen con el
objetivo de practicar técnicas de terapia cognitiva, mientras que en la
anterior propone al paciente que maneje mejor las situaciones que se presentan en
una imagen espontánea.
2.- Distanciamiento:
El
distanciamiento es otra técnica de imaginería inducida, esta pensada para
disminuir la tensión y ayudar a los pacientes a ver un problema desde la
perspectiva más amplia.
Otra
técnica de distanciamiento que puede ayudar a los pacientes a reaccionar frente
a las consecuencias imaginarias de una catástrofe.
3.- Reducción de la amenaza percibida:
Tiene por
objeto permitir que el paciente efectúe una mejor evaluación de alguna
situación amenazante.
La
mayoría de los pacientes experimentan pensamientos automáticos bajo la forma de
imágenes espontáneas. A menudo se requiere un interrogatorio persistente para
que logren reconocer sus imágenes. Los pacientes que tienen frecuentes imágenes
perturbadoras se benefician con la práctica regular de varias técnicas de
imaginería.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario